
Los años de la administración Clinton delinearon lo que muchos consideraban la principal diferencia de carácter entre Hillary y Bill: su capacidad para el crecimiento personal y el cambio. Para mi gusto, él es todavía el mismo muchacho que se bajó del bote después de Oxford. Ella, en cambio, ha demostrado una capacidad extraordinaria para el desarrollo y la evolución -de chica de Goldwater a demócrata liberal, de víctima de la moda a la sofisticación del traje de dos piezas, de combatida primera dama a senadora del establishment-.
Cuenta la historia que una primera dama de los Estados Unidos iba al estado de Nueva York, donde no había vivido nunca, a postularse por una banca en el Senado -estando aún en funciones en la Casa Blanca. Y lo logró. Cualquier consultor político hubiese dicho: “Es ridículo, tonto”. Y ella lo hizo.
Además, la campaña sería mucho más aburrida sin ella!
S
4 comentarios:
Anda que coincidencia, el otro dia pense que Hilary me recordaba a ti, es una mujer muy emprendedora, igual de feminista y reivindicativa como tu, que gracioso que hayas escrito sobre ella. Yo votaria a Obama pero Hilary tambien me gusta.
Jhan
arriba Hillary! que seria te has puesto en esta entrada......
Carola
imaginate, hillary dando catedras magnas en chueca...
Super! Ya me extrañaba a mi que aun no hubieras hablado de politica. Viste el debate del lunes?
Marta
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