martes, 7 de octubre de 2008

Quién dijo miedo?

Cuando digo que tengo pánico a volar, nadie me cree. Cuando digo que cada vez que subo a un avión me pongo taquicárdica, nadie me cree. Cuando digo que me pongo tan nerviosa que hasta me tiemblan las manos, nadie me cree.
- "Pero si siempre estás viajando...", alegan algunos.
Cuando digo que en mi primer vuelo trasatlántico me colé en la cabina del piloto y lo abracé llorando y suplicándole que tomáramos tierra, nadie me cree. Cuando digo que se me duermen las manos y los pies hasta el punto de no tener manos ni pies, nadie me cree. Y, mira-por-donde, cuando digo que me he tirado a un azafato en un avión, todos me creen! Pinches mentes pervertidas! Las azafatas y los azafatos me importan un bledo cuando estoy volando -volando yo? Viva la ley de la gravedad-. En fin, esta entrada va dirigida única y exclusivamente a las personas que tienen miedo a volar (que por desgracia no somos pocos), a los que no tenéis nada mejor que hacer en un avión que fantasear con los azafatos o azafatas, que os vaya de gusto, esta NO es vuestra entrada.

Remedios para no pasar miedo volando:

- Comer chocolate (altamente recomendable). En mi último vuelo Madrid-Barcelona comí más de 17 bombones de esos de chocolate con baileys. Acabé peda y gorda pero casi no pasé miedo.
- NO comer chupa-chups (aunque sean de chocolate). Ok, lo admito, hago propaganda hasta durmiendo, pero esto es serio, una vez casi me trago un chupa-chup a causa de una turbulencia.
- Leer, a poder ser un libro de tapas duras y hojas no-reciclables, pues como ya sabéis, el libro acabará empapado por el sudor de las manos. Luego, obviamente, habrá que re-leer las páginas leídas (el libro solo era la excusa para intentar pensar en otra cosa que no sea venirse a bajo -literalmente hablando-).
- Estudiar (no lo he probado nunca porque soy alérgica a ello) pero una vez una señora me dijo que se sacó la carrera volando. Aun no lo he entendido, pero bueno, le puso ganas la señora.
- Abrir y cerrar la mesita plegable compulsivamente (cuanto más oxidada la cerradura más cuesta, y por tanto, más entretiene). Me lo enseñó un niño muy lindo al que casi mato yendo a Roma. Buena lección, chavalín!
- Comer pipas o palomitas. Con cuidado, no se vayan a atragantar. La clave está en el tiempo que pasa uno pensando en ese trocito que se atoró en el paladar, en el diente, o en el peor de los casos, en la encía. No te daras cuenta y ya estarás tomando tierra!

Nada más que añadir, me voy volando!
S

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante la entrada. Que ganas tenia de leer algo que viniera de tu mente maravillosa. Espero estes bien. por aca como siempre. Hasta pronto geniecito!

congratulations.
Mire

Anónimo dijo...

Miedo a volar?
NO me lo puedo creer cada dia me sales con cosas mas raras jejejejjee! no te lo crees ni tuuuu!
Js.

Anónimo dijo...

BUENISIMAAAAAAAAAAA!!!!!!
ERES GRANDIOSA ME HA ENCANTADOOOO!
Carola

Anónimo dijo...

impresionante. Me encanta leer tus textos. Eres grande y haces grandes a los demas. Petardoteee
Javi